La magia es el arte de manejar las energías universales, de la naturaleza y la energía propia.
Al referirnos a la magia sexual, es referirse al conocimiento acerca del uso conciente de la energía
sexual en nosotros, que esta área de la sexualidad es normalmente desconocida, para el hombre
cotidiano. Tenemos que entender que somos el sexo, que la sensación sexual esta en nosotros,
que somos seres sexuales, es decir que no es algo separado, el sexo y yo. El goce sexual es
espiritual, efímero, íntimo, aunque la sociedad y nuestra cultura lo ha degradado a un simple
acto reproductivo, físico, mecánico, placentero, pero superficial, a veces con cierto placer
genital y en muy pocos casos, con un goce que va más allá de lo orgánico, llegando a lo
emocional, etc.
Para el mago el sexo es arte, es poesía, es música, éxtasis, arrobamiento, devoción, adoración,
entrega. La clave está en el manejo de su energía sexual, la cual cuida como su propio ser, ya que
allí se sitúa la imagen del hombre perfecto. Dentro de es compenetración con lo mágico - artístico,
uno comienza a apreciar la belleza del cuerpo, como manifestación de lo divino, como expresión
de lo interno.
Antiguamente la MAGIA SEXUAL era enseñada en secreto, en los templos de iniciación, y
según cuentan algunos adeptos, sólo se le enseñaba este arte al discípulo DESPIERTO.
Lo cual nos viene a recalcar la importancia del tema, y la seriedad con la que debe de abordarse.
No se trata de volvernos gimnastas sexuales, sino de ingresar en un mundo de percepción y
sensibilidad, que el hombre común no accede. Para ello es menester cambiar la forma de
pensar, y sentir, especialmente ésta última. El ser humano actual, y sobre todo el que vive
en occidente, necesita modificar la estructura de su pensamiento y sentimiento, para poder ingresar
en los mundos internos, donde el conocimiento y la vivencia son fenómenos directos,
y no requieren evaluación, o discusión no exigen toma de partido, sino integración y plenitud.